Los perros reconocen su cuerpo como un obstáculo
Un estudio reciente revela que los perros reconocen su cuerpo como un obstáculo y que pueden comprender que sus acciones tienen consecuencias. Se ha descubierto que poseen autoconciencia, habilidad que, hasta ahora, se desconocía que los perros la tuvieran.
La autoconciencia
Según la etología, rama de la ciencia que estudia el comportamiento de los animales, la autoconciencia solo se ha confirmado en unas pocas especies de mamíferos. Las cuales se reconocen en un espejo y saben cuándo su cuerpo les impide realizar una acción.
Hasta ahora, solo había una forma de demostrar si los perros tienen también autoconciencia. Y era a través de la conocida prueba del «espejo«, que realmente no ha sido muy exitosa en ellos. Ya que en la mayoría de veces no podían reconocer que eran ellos los que se reflejaban en el espejo.
De ahí que se llegó a la conclusión de que el auto reconocimiento se limitaba a un “espejo olfativo”. Es decir, únicamente parecía que podían reconocer sus huellas por el olor propio que desprendían. Algo que se le atribuya a su instinto animal.
Muchas investigaciones han demostrado que sí tienen capacidades cognitivas complejas. Como por ejemplo empatía y aprendizaje social. Incluso un estudio realizado en 2019 encontró que son un poco conscientes del tamaño de su cuerpo. Ya que lo demuestran a menudo cuando interaccionan con el mundo. Pero nunca se ha tenido claro si también tienen la capacidad de autoconciencia.
Sin embargo, con esta prueba, queda demostrado que sí la tienen. Que sí comprenden la relación de su cuerpo con los objetos de su alrededor. Al menos en la mayoría de los perros a la hora de cumplir una tarea que les pida su dueño.
El experimento
El experimento lo ha llevado a cabo un grupo de biólogos de la Universidad “Eötvös Loránd” de Budapest (Hungría). Los investigadores Péter Pongrácz y Rita Lenkei realizaron pruebas a 32 perros domésticos de varias razas y diferentes tamaños. Y los resultados los publicaron el pasado 18 de febrero en la revista “Scientific Reports”.
Para la prueba todos los ejemplares debían saber recoger un juguete y entregárselo a su dueño. Este requisito era imprescindible para llevar a cabo el experimento. Ya que consistía básicamente en eso pero con un problema añadido.
Y es que el juguete se encontraba atado al suelo o a una alfombra en la cual estaban sentados ellos. De esta manera pudieron comprobar que en cada situación los perros se comportaban de manera diferente.
Cuando intentaban coger el juguete atado en la alfombra, tiraban hacia arriba y percibían un tirón en sus patas. Cosa que no sucedía cuando estaba en el suelo. Entonces salían fuera de alfombra y así les resultaba más fácil levantar el juguete.
Con este experimento se pretendía descubrir si los perros eran capaces de saber por qué pasaba eso. Es decir, si podían diferenciar el hecho de que no pueden cogerlo porque hay un obstáculo que lo impide. Y al mismo tiempo ver si comprendían que ese obstáculo eran realmente ellos.
Comprobaron que los perros siempre salían de la alfombra ya que sabían que les resultaría más fácil levantarlo. Y además, salían más veces con el juguete de la alfombra en la boca que cuando está en el suelo.
Según los investigadores comentaron: “Argumentamos que la respuesta de los perros en la prueba principal puede explicarse en función de la conciencia de su cuerpo y la comprensión de las consecuencias de sus propias acciones”.
Otros escenarios del experimento
El estudio no se basó solo en las dos pruebas anteriormente comentadas. También realizaron otras pruebas sobre escenarios un poco más complicados e incómodos para los perros. El propósito era intentar desconcentrarlos para observar sus comportamientos.
Por ejemplo, en uno de ellos ataron la alfombra a una cuerda y tiraban un poco de ella para ver la reacción del animal. En la mayoría de las veces los perros reaccionaban abandonando la alfombra, especialmente si no llevaba ningún juguete sujeto. Aunque fueron menos ejemplares los que abandonaron por este motivo.
También se utilizaron 3 tipos de alfombras por si se sentían incómodos con alguna de ellas. Sin embargo, no detectaron ninguna diferencia en sus comportamientos ente las diferentes alfombras. Por lo que dedujeron que no salían de las alfombra por su tacto o su superficie.
Como conclusión podemos afirmar que los perros tienen conciencia corporal. Pueden comprender la relación que hay entre su cuerpo con respecto a los objetos externos a ellos. Es un precursor de la autoconciencia.